Mirada al Aire

REINVENTANDO ONDA

Me comentaba un amigo hace poco que la crisis nos estaba obligando a reinventarnos. Es cierto. Los ondenses nos hemos creado un mundo muy cerrado, orientado sólo a una única salida laboral (con la multitud de oficios relacionados, claro), que nos ha especializado a vivir única y exclusivamente de un elemento: el azulejo.

Nos hemos hecho clasificadores, horneros, administrativos, comerciales, gerentes, peones, administradores, esmaltadores, mecánicos... pero todos, todos, a la luz de las velas de las baldosas.

Y nos hemos quedado ahí, tan panchos, durante tanto tiempo, creyendo que iba a durar para siempre, sin tener en cuenta que todo, hasta lo bueno, pasa.

Y nos encontramos con que nuestro querido (o más bien, preciso) azulejo desaparecía del mercado y cada vez éramos más los que hacíamos más grande la lista del paro, sin acabar de entender cómo era posible que él, el motor de nuestro pueblo, de nuestra economía, se hacía el remolón y se escondía para asomar tímidamente la cabeza.

Ha llegado el momento, pues, de reinventarse, de pegar una vista alrededor y ver como ha evolucionado el mundo, más allá del desmonte y de naves hasta donde alcanza la vista. Descubrir que hay más salidas laborales. Unas requerirán más preparación, otras, desde luego, no serán de nuestro agrado, pero se trata del mundo real, no del que nos hemos montado a lo largo de décadas en este microcosmos (que ojo, hasta tiene un nombre oficial: “clúster de la cerámica”).

Ha llegado el momento de dedicarse a otros campos, a conocer las nuevas tecnologías, a mover negocios que funcionan en otros lugares y aquí se han despreciado porque no hacía falta conocerlos, y al fin y al cabo, reinventar un modelo de existencia que se basa en una burbuja que, como todas, no ha hecho otra cosa que su función: crecer desmesuradamente, hasta que su propia tensión ha provocado que explote.

Mientras no seamos conscientes de esto, la reinvención de nuestra población hacia otros modelos económicos no va a ser posible, y vamos a estar padeciendo crisis tras crisis sin saber muy bien por dónde nos llegan los golpes.

Un saludín



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