Artículo en Arrels: La píldora del día después


Publicado en Arrels nº 125



 Controvertida desde siempre, y blanco últimamente entre la clase política, la “pastilla del día después” se ha convertido en el tema de moda entre lo dos principales grupos políticos. Y es que las cosas de la sexualidad siempre tienen un elemento polémico que fomenta los discursos de todas las partes del conflicto. Y, junto a la reforma de la Ley del Aborto, la nueva normativa que regula la aplicación de la píldora post-coital, tiene todos los ingredientes para formar parte de las preocupaciones de muchas personas. Unos por creencias religiosas y morales, y otros por simple pragmatismo, pero casi todos tienen algo que opinar sobre el tema. Pero, al margen de estas disquisiciones, ¿existe en Onda algún problema para obtenerla?



En Arrels hemos querido averiguar qué pasaría si una joven quisiera adquirir esta afamada píldora, y hemos preguntado en algunas de farmacias de la localidad.
La normalidad más absoluta es la tónica habitual en Onda. Todas las farmacias consultadas no ponen ningún tipo de problemas para expedir la píldora si se cumplen los requisitos establecidos. Es decir, se acude con receta.
El procedimiento suele ser más o menos igual en casi todas las ocasiones. La pareja o la mujer sola acude a la farmacia interesándose por la pastilla, pero desde allí la remiten al Centro de Salud.
En Urgencias, según José María Tirado, coordinador del Centro de Salud, no se pone ningún tipo de pegas para la expedición de recetas. “Aunque es cosa de cada médico, que puede acogerse a la objeción de conciencia, si lo estima oportuno”, recalca. No obstante, no hay ningún facultativo en Onda que se haya decantado por esta opción y la norma es, si no existe ninguna contraindicación médica que lo desaconseje, extender la receta.
Hace un par de años, se pudo ver en la sala de Urgencias un cartel que anunciaba que “La píldora del día después no se recetará desde las doce de noche hasta las ocho de la mañana”.
Preguntado por esto, Tirado reconoció que es una medida que impulsó él ya que “no considero que se trate de una Urgencia que deba de ser atendida fuera de unos horarios más adecuados”.
La urgencia de las personas que se acercan a solicitar este fármaco depende, claro, de la situación de cada una de ellas, pero la realidad marca un periodo de utilización que puede llegar hasta las 72 horas después de la relación de riesgo.
“Según la información que hay en el fármaco”, comenta Marina Rambla, titular de una de las farmacias ondenses, “hay hasta un límite de 72 horas para que la píldora sea efectiva. La efectividad disminuye a medida que pasan las horas, ya que este producto, el Levonorgestrel, actúa evitando que el óvulo se adhiera a la pared del endometrio si está fecundado, o evitando la ovulación si todavía no se ha producido. Si se ha iniciado este proceso, el producto es ineficaz”.
La efectividad del Norlevo, marca comercial del Levonorgestrel, oscila entre el 95% si se toma inmediatamente después de la relación, hasta un 58% si se ingiere entre la 48 y 72 horas después.
En cuanto al perfil de las usuarias de este fármaco, la propia Marina indica que “hay de todo tipo, desde parejas asentadas hasta chicas que han tenido un encuentro de una sola noche”. Lo que, según la farmacéutica, si es cierto es que “vienen todas nerviosas, no es plato de buen gusto”.
¿Por qué se utilizan con tanta frecuencia? ¿Falla algo en la educación sexual de los jóvenes ondenses?
Según Ángel Torres, empleado en otra farmacia, sí. “Aunque se ha incrementado el uso de los preservativos, sigue habiendo una falta de concienciación, sino, no veríamos lo que estamos viendo, la cantidad de píldoras del día después que se están sirviendo”.
Marina Rambla tiene otra opinión. “Continúan pasando cosas imprevistas, y es verdad que a veces se espera algo más de cabeza, pero es que las cosas, a las tres de la mañana se ven de una manera, y a las diez, cuando te despiertas, las ves de otra”. En su farmacia, si se aprecia como la gente joven se prepara para afrontar los fines de semana con protección.
“Incluso vienen grupos de amigos y, sobre todo, de amigas, que compran cajas entre todas. Te entran ganas de aplaudirles, porque no sólo es cuestión de embarazos no deseados, sino también de enfermedades de transmisión sexual”, me comenta.
Para ella, fuera de toda polémica, “se tendría que pensar en otras situaciones, más radicales, como violaciones o abusos, en las que la píldora del día después debería aplicarse de manera cautelar, para evitar males mayores”.
Mientras, una parte de la sociedad condena su uso, y otra, lo ve necesario en previsión de mayores problemas.



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